La Historia Amena
lunes, 16 de noviembre de 2015
lunes, 1 de septiembre de 2014
Los mantuanos crearon la III República
domingo, 29 de junio de 2014
El Trotamundos llega
al final de
su meta.-
Emmanuel P. González
Espinal.-
Don
Simón Rodríguez fue un viajero
incansable . Su peregrinaje
por los dos
mundos, comenzó cuando en forma
apresurada abandona a su patria para siempre en el año de
1.797; supuestamente por
estar comprometido con
el debelado movimiento
de Gual y
España.
Su
primer destino fue
Jamaica y de
allí en adelante
por 25 años llevará
el nombre de
Samuel Róbinson, en recuerdo de
sus lecturas de
Róbinson Crusoe, explicado ya a
lujo de detalles
en lecturas anteriores.
Luego en 1.798
se ha ido
a Baltimore (USA)
donde fue artesano
gráfico. Acto seguido,
recorre varios países
de Europa: España,
Francia y en
Italia acompaña al
joven Bolívar a
Roma donde éste
en el Monte
Sacro, pronunció su
célebre juramento. A
continuación viaja a
Prusia, Polonia y
Rusia. Luego a
Inglaterra donde se
contacta con don Andrés
Bello.
Después de
su prolongado peregrinaje,
don Simón regresa
a nuestro continente
y de 52
años en 1.823,
arribando a Cartagena
de India, actual Colombia.
De allí toma
el camino de
la cordillera andina
llegando a Bogotá
donde reside un
breve tiempo. Luego
el Presidente del
Perú y de
“La Gran Colombia”
Simón Bolívar, lo
manda a buscar.
Se residencia en
Perú y en
Ecuador. De aquí
pasó a Bolivia
durante la Presidencia del
Mariscal Sucre. Más
tarde viaja a
Chile donde de
nuevo comparte con
Don Andrés Bello. Regresa
otra vez al
Perú en momentos
muy difíciles para
él, ya que el Libertador
era desconocido y
repudiado por la
clase oligárquica de
los países que
con su espada
había liberado. Ya octogenario; pero
no vencido, continúa
con su imbatible
carrera de maestro
de escuela enseñando,
de pueblo en
pueblo, como Rousseau
tropical sus doctrinas
pedagógica a los
niños y jóvenes.
Para poder subsistir,
instala una fábrica
de velas; porque
falta mucha luz
en este mundo.
Muerto
Bolívar publica con su propio
peculio, un libro
en defensa del
Libertador y motivó
con esto que
el gobierno peruano
decidiera expulsarlo del
país de inmediato.
Se fue a
Quito donde el
gobierno lo contrató
para que enseñara
un nuevo sistema
educativo; pero con
toda crueldad hacia
un respetable anciano,
nunca le pagaron
su dedicado trabajo.
Luego otra tragedia
lo acompaña cuando
en un incendio
accidental se le
queman los manuscritos
de un nuevo
libro y sobre esto
dijo; “Este incendio
redujo a pavesas
el baúl que
encerraba el dichoso
porvenir del Nuevo
Mundo”. Esto señaló
el fin de
sus actividades como
pedagogo, no quiso saber
más nada. En seguida
recogió sus pertenencias
y partió para
Paita (Perú) donde vivía
Manuela Saenz.
Don
Simón en el ocaso de
su vida se
las arregló para
estar cerca de
Manuela.
Se
encontraba la doña
acostada en su
hamaca cuando una
cascada voz interrumpe
su siesta: ¿ Se
encuentra aquí “La
Libertadora del Libertador ?
-- Adelante . ¿ Quién
desea hablar con
la Libertadora ? Don
Simón pasó y
Manuela con sus
ojos llorosos y
postrada, reconoció a su viejo amigo.
– Bien puede uno
imaginarse lo que
pudieron comunicarse estos
dos seres que
estuvieron tan ligados
al corazón de
Bolívar --.
Don
Simón decidió establecerse
en una aldea
de la costa
peruana, Amotape, muy
próxima a Paita.
Aquí se ganaba
la vida escribiendo
cartas y cuando
podía, visitaba a
Manuela, La Libertadora
y hoy General de
nuestro glorioso Ejército
Bolivariano..
El
28 de febrero
de 1.854, en
la Aldea de
Amotape, el Trotamundos llega
al final de
su meta. Continuaremos.
Emplugones@hotmail.com
Emplugones33@gmail.com
sábado, 9 de noviembre de 2013
Maestro Rodriguez. ¿ Por qué Róbinson
Maestro Rodriguez. ¿ Por qué
Róbinson ?
Emmanuel P. González Espinal.
Comentábamos en lecciones
anteriores que el cambio de nombre de don Simón Rodriguez a Samuel
Róbinson, no se debió a una desavenencia
que sostuvo con su hermano de crianza don Cayetano Carreño, tal como dicen
algunos historiadores; ya que esa innovación se produjo en Jamaica cuando
nuestro protagonista se marchó para siempre de su Patria. Pero la posible
realidad de este hecho nos la describe a lujo de
detalles el finado e ilustre hombre de letras, don Arturo Uslar
Pietri en su famosa biografía novelada: “La Isla de Róbinson”
Arriba entonces el telón
y deleitémonos con este acontecer.
No hay duda que el Emilio de Rouseau y su
hechizo fue el libro de cabecera de don Simón; pero así
mismo el libro del inglés Daniel de Foe
“Róbinson Crusoe” lo debe haber
apasionado en sus ratos de ocio, de forma tal que
logró trasmitirle esa vida aventurera
que siempre lo acompañó
y a su vez le brindó el nombre de
Róbinson que llevó a
cuesta durante más de un cuarto de siglo.
Don Simón Rodiguez creció en forma simultánea con la
popularización del género novelístico
y “Las Aventuras de Róbinson Crusoe
fue una de las primeras novela que circuló con notable éxito en el universo
cultural de esa época
y allí Daniel Defoe
(1.589 – 1.731) cuenta la
historia de un náufrago que pasó 28 años
en una isla imaginaria situada en nuestro Mar Caribe, cerca del Orinoco y
la Tierra Firme,
en La Capitanía General de
Venezuela”.
“ Las Aventuras de Róbinson Crusoe “
significó una verdadera aportación original al desarrollo del género
novelístico. Obra en que se observa el mérito de la fina observación realista
como condición indispensable de la narración.
Su extraordinario éxito se debió a que fue escrita tanto para los
jóvenes como para los adultos mayores.
Recordando mis vivencias juveniles,
allá en la Yaritagua
de mis gratos y malos
recuerdos, veo como la lectura de esa
famosa obra literaria, contribuyó en los
miembros de mi generación
a elevarnos el espíritu
aventurero que siempre nos absorbió. Allí obtuvimos datos prácticos de
subsistencia que aplicaríamos luego en nuestras temerarias excursiones por los distintos paisajes
fluviales y de bosques que circundaban a mi patria chica.
Finalmente: “Las Aventuras de Róbinson Crusoe es una novela caracterizada por la facilidad de su
invención, la claridad del estilo y
una sencillez inimitable ,
Don Arturo Uslar Pietri nos dio a conocer , en su famosa historia novelada, que don Simón Rodriguez llegó a
descubrir la Isla de
Róbinson Crusoe y
se metió en ella
para insecula saeculorum, es decir, para no salir
más nunca. Allí radica su aislamiento donde únicamente podían llegar los náufragos. Entonces
es cuando medita y se da cuenta
que había que volver a aprender
como aprendió Róbinson a
vivir solo y
a valerse de sus propios
medios. Hacerlo todo
para no depender de nadie,
tal como lo
haría un náufrago. Lo
poco que podía salvarse de
su vieja vida,
de las engañosas
formas de los saberes
inútiles, para llegar
al hombre puro
que estaba enterrado
dentro de él.
Así nació
Samuel Róbinson.- Continuaremos.
Emplugones33@gmail.com
emplugones@hotmail.com
sábado, 2 de noviembre de 2013
Chávez, don Simón y el cura de Amotape
Chávez,, Don Simón y el cura de Amotape.-
Emmanuel P.
González Espinal.
Hace como tres domingos pasaron un video por Venezolana de Televisión cuando nuestro “Comandante Supremo” dirigía y actuaba en vivo en su programa “Aló Presidente”. En ese entonces con palabras
más o palabras menos dijo, que cuando se supo que el ateo Simón Rodríguez había hecho su entrada en la población
peruana de Amotape, el cura del pueblo de manera furibunda fue a su encuentro. Luego comentó que el clérigo a todo pulmón le gritó: ¡ Renegado, vete de inmediato porque
no eres bienvenido en esta región ! y que luego el párroco se puso a quemar
incienso y a echar agua bendita por los distintos
lugares del pueblo recorridos por Don Simón. Con todo el respeto que merece mi
inolvidable “Comandante Eterno”, la realidad histórica es otra.
Por cierto que un día de mi cumpleaños (30 de julio) una de
mis hijas me regaló un interesante libro: “El maestro de Bolívar” cuyo autor es
el laureado escritor argentino Pedro Orgambide—narrador, dramaturgo y
ensayista-- .El escritor sureño ha ganado diversos premios, entre otros,
mereció el Premio de Novela de México,
hasta sus “ novelas de la memoria” y las Historia con tangos y corridos con la
que obtuvo en Cuba el Premio Casa de las Américas. Además, me permito decirles, que el
libro obsequiado por mi hija, me llegó con una bella dedicatoria que a
continuación copio:
Para mi papá, mi gran maestro, el que me
enseñó el amor por las artes y de la literatura; el que me señaló que lo grande
no era el dinero sino la humildad.
Para mi padre, el que ahora puede ver
reflejado en sus nietos su sueño de una
sociedad menos injusta, más humana. Para ti, el gran utopista de mi vida.
Yenisey González.
Maracaibo, 30 de julio de 2006
Al continuar con el laureado escritor rioplatense
Pedro Orgambide, pudimos apreciar que el
letrado es un estudioso profundo de la vida y obras de nuestro robinsoniano
personaje. Orgambide publicó en fecha relativamente cercana una
historia-novelada sobre Simón Rodríguez y para cumplir con ese serio compromiso se
armó de una copiosa documentación, viajando incluso por los distintos países
del planeta que el trotamundos venezolano recorriera. Para darle más énfasis a
mi posición sobre la objetividad de la historia; me permito transcribir la
parte final de la historia-novelada “El maestro de Bolívar” .
“El cura de Amotape lo ve deambular por el
pueblo y se sorprende cuando oye al viejo recitar en latín un poema de
Virgilio. Por un momento cree estar soñando, ya que ese viejo que parece un
mendigo no responde a la imagen de una persona ilustrada que recita versos en
latín.
--- Perdón señor --- le dice el cura--- Pero quisiera
saber de dónde viene usted.
---Del infierno del mundo, padre. Pero ya
estoy en paz.
Desde ese día el agnóstico tiene casa y
comida en la sacristía de la iglesia de Amotape. No oficia de sacristán, pero se
ocupa de los pequeños trabajos propios de ese empleo y de cuidar la finca y el
rosal del jardín. Cualquiera diría que
el anciano ha entrado en razón y que se
ha reconciliado con la fe,: con la fe del sacerdote amante de su
madre, con la fe de su hermano Cayetano Carreño, a quien siempre
llamó “chupa cirios”. Pero no es así:
Simón Rodríguez continúa leyendo a sus agnósticos y sigue
con la rara
costumbre de pasearse desnudo. El buen cura de Amotape le tiene
paciencia y soporta estoicamente las extravagancias del anciano.
Así llega ese día, ese atardecer en
Amotape, que será el último para Simón Rodríguez. Es el 28 de de febrero
de1854. Hace rato que el viejo y el cura caminan por la huerta y después por el
jardín, hablando de las cosas de este mundo. Esa tarde, el cura hace un último
intento por convencer al agnóstico.
---La Santa
iglesia puede recibirte aún…
---¿ Para qué querría
a un hombre como
yo?
---Todo hombre es una criatura sagrada para Dios.
--- Fueron muchos mis pecados,
fueron muchas mis culpas
--- reflexiona en voz alta Simón
Rodríguez.
---El perdón es
divino.
---¡ Quisiera creer, padre, se
lo juro! ;pero soy un
devoto (tal vez muy ingenuo, tal
vez muy ignorante) de la Razón universal.
---El es la Razón--- razonó desde la
fe el cura
de Amotape.
Fue entonces, en el momento más luminoso del crepúsculo,
cuando la cara del
anciano se iluminó.
---¡ El está allí, padre!
El me vino a buscar…
---¿Quién ? --- preguntó el cura
sorprendido al ver que los
dos estaban solos.
---Bolívar. Yo sabía que
él iba a venir. Lo estaba esperando.
---No hay nadie aquí, Simón.
--- ¡El está aquí!
Le costaba respirar. Le dolía el
pecho como si
le hundieran un cuchillo
---El fue el hijo que no tuve ---explicó el viejo---
Y fue mi
padre también.
Cayó de rodillas. El cura lo
sostuvo en sus brazos e
imploró frente al incrédulo.
---Tienes tiempo todavía… El Señor puede
escucharte aún.
---Mi tiempo ha terminado padre. Me voy con
mi discípulo, que ahora
es mi maestro.
Creyó que estaba
otra vez con
Bolívar en el Monte Sacro.
---¡ No olvidé tu
juramento Simón, hijo
mío ! dijo el
viejo antes de
caer a tierra, junto a
una rosa del
atardecer.
Emplugones33@gmail.com
emplugones@hotmail.com
sábado, 26 de octubre de 2013
Simón, el expósito
Don Simón Rodríguez, según la mayoría de nuestros
historiadores, nació en Caracas el 28 de octubre de 1.771, en condición de niño
expósito.
Niño expósito se le dice a aquellas criaturas, que recién nacidas las
abandonan, como sucedía con frecuencia en esa época, sus progenitores u otro familiar, por lo general en las horas
ocultas de la noche, en la puerta de un hospicio, en un convento o en cualquier
paraje público.
Sucedió entonces que a la casa de
habitación del cura Carreño ubicada en el centro de Caracas, a cuatro cuadras
de la Plaza Mayor (Hoy Plaza Bolívar), llegaron algunos desconocidos durante la
medianoche, tocando con fuerza, antes de huir con la complicidad de la
oscuridad, el sólido portón cerrado. El levita y su grupo familiar salieron de adentro
al escuchar el llanto de un bebé
abandonado. Después de abrir la puerta, el párroco recoge del suelo un hermoso
“Moisés” y dentro de él un lloroso niño
cubierto de finos y sedosos pañales, también encontraron dentro de la cesta unas
cuantas morocotas de oro y adherida a ella, una nota que decía lo
siguiente; “Se llama Simón Narciso de
Jesús, nació el 28 de octubre y no ha sido bautizado. Era para este momento la
media noche, entre el 28 y el 29 de octubre, que según el santoral, corresponde
a la festividad de San Simón y la de San Narciso. De inmediato el sacerdote
buscó localizar a las mujeres recién paridas más allegadas a la casa parroquial
para que amamantaran al niño abandonado. Por cierto, cuatro años después apareció en la
misma casa y en las mismas condiciones otro niño expósito, quien llevaría el
nombre de Cayetano Carreño, su hermano de crianza; mas no
consanguíneo. Don Cayetano Carreño llegó a ser un respetable ciudadano y
un sobresaliente músico.
El padre Carreño quien tuvo la bondad de
recoger a Simón Narciso, el hijo de la noche y de la oscuridad, lo llevó luego
al Registro Eclesiástico (para esa época no existía el Registro Civil) y a través de la Fe de Bautismo se hizo constar
los datos sobre la fecha de nacimiento del niño Simón Narciso. Le puso como
primer apellido el suyo propio y el segundo apellido lo escogió al azar. El de Rodríguez como le ha podido poner
el de González, Espinal, Bolívar y otros, ya que nada tenía que ver el tipo
de sangre que corría por su cuerpo, con
aquellos apelativos.
Cuando ya adolescente Simón Narciso de
Jesús recorría las coloniales calles capitalinas y durante las retretas en los
días festivos en la Plaza Mayor, donde acudían las encopetadas damas y caballeros de la sociedad caraqueña, el
futuro Samuel Róbinson, se preguntaba: ¿Cuáles de estos jóvenes que por aquí caminan
serán mis verdaderos hermanos. Y cuál de estas linajudas damas del
mantuanajes, será mi auténtica madre?
No obstante al costo social que representaba
ser un hijo de nadie, sin bienes de fortuna alguna y de ser un simple maestro
de escuela, desprecio este que en nuestros días (maestrico aún me llaman
algunos conocidos en forma despectiva) soportamos los que escogimos la noble
misión de la enseñanza.
Nuestro protagonista, el mozo del Guarayra Repano, supo sortear todos esos abatimientos,
ganándose sorprendentemente un gran respeto y estimación en esa aristocrática
sociedad e incluso ser reconocido como un Ilustre Maestro. Continuaremos.
Emplugones33@gmail.com
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Bibliografía:
La Isla de Róbison:
Arturo Uslar Pietri.-----Diccionario de La Psique.------Diccionario de la
Lengua Española (DRAE).
¡ A mundo ! . Esos Maestros de antes.
Luis Beltrán Prieto Figueroa le entrega el titulo al Profesor Emmanuel ¡ A mundo !
Ante la infeliz --Juerga Universitaria--, que busca paralizar y destruir a mi país, me
permito entonces interrumpir la secuencia de mis trabajos históricos y escribir
este recordatorio.
No hay duda que el destino del hombre
depende en gran parte del proceso de enseñanza-aprendizaje y
sobre manera, quienes la imparten, es decir, los educadores. La educación
como todos sabemos, es la transmisión de la cultura de una generación a otra y
cultura es todo lo valorativo que hace
el hombre, superando siempre lo que hacemos hoy a lo de ayer. Pero la
educación, aparte de transmitir, tal como nos lo señalara un viejo y eximio
pedagogo en uno de sus escritos “debe
desempeñar también otro papel, el de ser una especie de filtro sanitario que
intente retener la hez de la mala
condición humana, y dar paso hacia el presente y hacia el futuro a sólo aquel
limo fecundante y útil para la realización integral del hombre”
Nadie puede, empero, vivir sólo del
pasado. El presente sobre todo, juega un papel decisivo. De allí que sea
necesario tener ahora, docentes idóneos que cumplan dignamente su deber. Que
sigan los senderos de --Esos Maestros de
Antes--, que lo daban todo por el engrandecimiento de la Patria, que no
conocieron paros y menos pasar por ese
desvergonzado hecho de cobrar sin trabajar.
Esos maestros de antes cumplían
horarios que iban más allá del tiempo
establecido, sin pasarle jamás factura al Estado por las horas laborables.
Cuando tomaban el “Calendario Escolar”, lo hacían para trabajar en la
planificación (anual, mensual y diaria) y no para buscar el día de hacer “puente”. ¡Claro !, porque esos héroes de la
docencia tenían una elevada concepción del cumplimiento de su misión redentora
y pedagógica.
Aún me parece oír al Director del viejo Pedagógico de Caracas, en el
acto de recibimiento de los aspirantes a ser profesores de Educación Media,
cuando con palabras más o palabras menos, nos dijo:
¿ Quienes deben venir
al Instituto Pedagógico Nacional ?. Respondiendo él mismo de esta manera:
Los jóvenes física y espiritualmente sanos.
Los jóvenes para
quienes el ideal de ser útiles
a la Nación esté por encima de cualquier otra
consideración.
Los jóvenes que desean
asegurarse una existencia decorosa; pero sin pretensiones de lujo ni afán de
lucro.
Los jóvenes que posean espíritu de
disciplina y de superación constante y
anhelen una nueva República, unida, fuerte y solidaria.
Quienes no posean tales
atributos, no deben venir al Instituto
Pedagógico.
Finalmente: Para buen entendedor; sobran
las palabras.-.
Las Promociones de antes. ¡ A
mundo !
Siempre he visto con preocupación desde
mis últimos años como profesor activo, los llamados padrinos y nombres que
llevan las promociones de los alumnos que egresan de nuestros liceos
venezolanos.
En la actualidad observamos que los
jóvenes, con sus excepciones por supuesto, no buscan en sus escogencias a
personas que reúnan la integridad de un hombre, por ejemplo, como el finado
médico Francisco Torrealba.
El sabio Torrealba + vivió en forma muy humilde en su
tierra guariqueña, entregado a erradicar el
infestado campos venezolano de entonces
con “El Mal del Chagas” y quien viniera a
Barquisimeto a comienzo de los años sesenta a asistir a los actos de la “Promoción de Bachilleres” que llevaba su
nombre en el Liceo Lisandro Alvarado, con los gastos de alojamiento pagado en
su totalidad por los propios alumnos, ya que su pobreza en dinero y su rectitud de hombre probo no le permitían
prestarse a los llamados “Bonches Etílicos” de ahora.
Esos bachilleres de antes buscaban nombres
esclarecidos para sus promociones, porque de una u otra manera se identificaban
con el personaje escogido y a quienes
siempre trataban de emular. Se seleccionaban hombres y mujeres que con su
ejemplo los orientaran hacia una vida digna; hombres y mujeres dados por entero
al servicio de la Patria que los vio nacer.
Por tal recuerdo al Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa cuando en el
viejo Pedagógico de Caracas el magister dixit: “ Quien no tiene mente limpia no puede
acercarse a los jóvenes para conducirlos; quien no tiene corazón sincero es
incapaz de inspirar sinceridad a los
jóvenes” .- Avergüénzate joven, decía Ingeniero, de torcer tu camino, cediendo
a tentaciones indignas. Si eres poeta, no manches la túnica de tu musa; y si
eres maestro, no engañes.
emplugones33@gmail.com.
emplugoness@hotmail.com
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