sábado, 26 de octubre de 2013

Simón, el expósito


                                                                          

    Don  Simón Rodríguez, según la mayoría de nuestros historiadores, nació en Caracas el 28 de octubre de 1.771, en condición de niño expósito.

     Niño expósito se le dice a  aquellas criaturas, que recién nacidas las abandonan, como sucedía con frecuencia en esa época,  sus progenitores u  otro familiar, por lo general en las horas ocultas de la noche, en la puerta de un hospicio, en un convento o en cualquier paraje público.

     Sucedió entonces que a la casa de habitación del cura Carreño ubicada en el centro de Caracas, a cuatro cuadras de la Plaza Mayor (Hoy Plaza Bolívar), llegaron algunos desconocidos durante la medianoche, tocando con fuerza, antes de huir con la complicidad de la oscuridad, el sólido portón cerrado.  El  levita y su grupo familiar salieron de adentro al escuchar el llanto de un  bebé abandonado. Después de abrir la puerta, el párroco recoge del suelo un hermoso “Moisés” y  dentro de él un lloroso niño cubierto de finos y sedosos pañales,  también encontraron dentro de la cesta unas cuantas morocotas de oro y adherida a ella, una nota que decía lo siguiente;  “Se llama Simón Narciso de Jesús, nació el  28 de octubre y  no ha sido bautizado. Era para este momento la media noche, entre el 28 y el 29 de octubre, que según el santoral, corresponde a la festividad de San Simón y la de San Narciso. De inmediato el sacerdote buscó localizar a las mujeres recién paridas más allegadas a la casa parroquial para que amamantaran al niño abandonado. Por  cierto, cuatro años después apareció en la misma casa y en las mismas condiciones otro niño expósito, quien llevaría el nombre de Cayetano Carreño, su hermano de crianza; mas  no   consanguíneo. Don Cayetano Carreño llegó a ser un respetable ciudadano y un sobresaliente músico.

     El padre Carreño quien tuvo la bondad de recoger a Simón Narciso, el hijo de la noche y de la oscuridad, lo llevó luego al Registro Eclesiástico (para esa época no existía el Registro Civil) y  a través de la Fe de Bautismo se hizo constar los datos sobre la fecha de nacimiento del niño Simón Narciso. Le puso como primer apellido el suyo propio y el segundo apellido lo escogió al  azar. El de Rodríguez como le ha podido poner el de González, Espinal, Bolívar y otros, ya que nada tenía que ver  el  tipo de sangre que corría por su cuerpo,  con aquellos apelativos.

     Cuando ya adolescente Simón Narciso de Jesús recorría las coloniales calles capitalinas y durante las retretas en los días festivos en la Plaza Mayor, donde acudían las encopetadas damas  y caballeros de la sociedad caraqueña, el futuro Samuel  Róbinson, se preguntaba:  ¿Cuáles de estos jóvenes que por aquí caminan serán mis  verdaderos  hermanos. Y cuál de estas linajudas damas del mantuanajes,   será mi auténtica madre?

     No obstante al costo social que representaba ser un hijo de nadie, sin bienes de fortuna alguna y de ser un simple maestro de escuela, desprecio este que en nuestros días (maestrico aún me llaman algunos conocidos en forma despectiva) soportamos los que escogimos la noble misión de la enseñanza.

     Nuestro protagonista, el mozo del  Guarayra  Repano, supo sortear todos esos abatimientos, ganándose sorprendentemente un gran respeto y estimación en esa aristocrática sociedad e incluso ser reconocido como un Ilustre Maestro.  Continuaremos.

                                                                       Emplugones33@gmail.com

                                                                        emplugones@hotmail.com

Bibliografía:

La Isla de Róbison: Arturo Uslar Pietri.-----Diccionario de La Psique.------Diccionario de la Lengua Española (DRAE).

                                                                            

                                                                              



     

¡ A mundo ! . Esos Maestros de antes.


                                                                    
Luis Beltrán Prieto Figueroa le entrega el titulo al Profesor Emmanuel ¡ A mundo !


     Ante la infeliz  --Juerga Universitaria--,  que busca paralizar y destruir a mi país, me permito entonces interrumpir la secuencia de mis trabajos históricos y escribir este recordatorio.


     No hay duda que el destino del hombre depende en gran parte del proceso de enseñanza-aprendizaje  y  sobre manera, quienes la imparten, es decir, los educadores. La educación como todos sabemos, es la transmisión de la cultura de una generación a otra y cultura es todo lo  valorativo que hace el hombre, superando siempre lo que hacemos hoy a lo de ayer. Pero la educación, aparte de transmitir, tal como nos lo señalara un viejo y eximio pedagogo en uno de sus escritos  “debe desempeñar también otro papel, el de ser una especie de filtro sanitario que intente retener  la hez de la mala condición humana, y dar paso hacia el presente y hacia el futuro a sólo aquel limo fecundante y útil para la realización integral del hombre”

     Nadie puede, empero, vivir sólo del pasado. El presente sobre todo, juega un papel decisivo. De allí que sea necesario tener ahora, docentes idóneos que cumplan dignamente su deber. Que sigan los senderos de  --Esos Maestros de Antes--, que lo daban todo por el engrandecimiento de la Patria, que no conocieron paros  y menos pasar por ese desvergonzado hecho de cobrar sin trabajar.

     Esos maestros de antes cumplían horarios  que iban más allá del tiempo establecido, sin pasarle jamás factura al Estado por las horas laborables. Cuando tomaban el “Calendario Escolar”, lo hacían para trabajar en la planificación (anual, mensual y diaria) y no para buscar el día de hacer  “puente”. ¡Claro !, porque esos héroes de la docencia tenían una elevada concepción del cumplimiento de su misión redentora y pedagógica.

     Aún me parece oír  al Director del viejo Pedagógico de Caracas,  en  el acto de recibimiento de los aspirantes a ser profesores de Educación Media, cuando con palabras más o palabras menos, nos dijo:

¿ Quienes deben venir al Instituto Pedagógico Nacional ?. Respondiendo él mismo de esta manera:

                                                  

                                               Los jóvenes física y espiritualmente sanos.


                                                Los jóvenes para quienes el ideal de ser útiles

                                                a la Nación esté por encima de cualquier otra

                                                            consideración.


                      Los jóvenes que desean asegurarse una existencia decorosa; pero sin pretensiones de lujo ni afán de lucro.

            

                    Los jóvenes que posean espíritu de disciplina y de  superación constante y anhelen una nueva República, unida, fuerte y solidaria.


                     Quienes no posean tales atributos, no deben venir al  Instituto Pedagógico.

     Finalmente: Para buen entendedor; sobran las palabras.-.


                                                 Las Promociones de antes. ¡ A mundo !


                                                                            


     Siempre he visto con preocupación desde mis últimos años como profesor activo, los llamados padrinos y nombres que llevan las promociones de los alumnos que egresan de nuestros liceos venezolanos.

     En la actualidad observamos que los jóvenes, con sus excepciones por supuesto, no buscan en sus escogencias a personas que reúnan la integridad de un hombre, por ejemplo, como el finado médico Francisco Torrealba.

     El sabio  Torrealba + vivió en forma muy humilde en su tierra guariqueña, entregado a erradicar el  infestado campos venezolano de entonces  con   “El Mal del Chagas” y quien viniera a Barquisimeto a comienzo de los años sesenta a asistir a los actos de la  “Promoción de Bachilleres” que llevaba su nombre en el Liceo Lisandro Alvarado, con los gastos de alojamiento pagado en su totalidad por los propios alumnos, ya que su pobreza en dinero y  su rectitud de hombre probo no le permitían prestarse a los llamados “Bonches Etílicos” de ahora.

     Esos bachilleres de antes buscaban nombres esclarecidos para sus promociones, porque de una u otra manera se identificaban con el personaje escogido y  a quienes siempre trataban de emular. Se seleccionaban hombres y mujeres que con su ejemplo los orientaran hacia una vida digna; hombres y mujeres dados por entero al servicio de la Patria que los vio nacer.

     Por tal recuerdo al  Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa cuando en el viejo Pedagógico de Caracas el magister dixit:  “ Quien no tiene mente limpia no puede acercarse a los jóvenes para conducirlos; quien no tiene corazón sincero es incapaz de inspirar sinceridad  a los jóvenes” .- Avergüénzate joven, decía Ingeniero, de torcer tu camino, cediendo a tentaciones indignas. Si eres poeta, no manches la túnica de tu musa; y si eres maestro, no engañes.


                                                              emplugones33@gmail.com.


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