sábado, 9 de noviembre de 2013

Maestro Rodriguez. ¿ Por qué Róbinson

Maestro  Rodriguez.  ¿ Por  qué  Róbinson ?

                                                          Emmanuel P. González Espinal.

     Comentábamos en  lecciones  anteriores que el cambio de nombre de  don  Simón  Rodriguez  a  Samuel  Róbinson, no se debió a una desavenencia que sostuvo con su hermano de crianza don Cayetano Carreño, tal como dicen algunos historiadores; ya que esa innovación se produjo en Jamaica cuando nuestro protagonista se marchó para siempre de su Patria. Pero la posible realidad de este hecho nos la describe a  lujo  de  detalles el finado e  ilustre hombre de letras, don Arturo Uslar Pietri en su famosa biografía novelada: “La Isla de Róbinson”

    Arriba entonces  el  telón  y  deleitémonos con  este acontecer.

     No hay duda que el  Emilio  de  Rouseau  y  su hechizo fue el libro de cabecera de don Simón; pero  así  mismo el libro del inglés Daniel de  Foe  “Róbinson  Crusoe” lo debe haber apasionado en sus ratos de  ocio,  de forma  tal  que  logró trasmitirle esa vida  aventurera  que siempre  lo  acompañó  y  a su vez le brindó el nombre de  Róbinson que  llevó  a  cuesta durante más de un cuarto de siglo.

     Don  Simón  Rodiguez  creció en forma simultánea con la popularización del género novelístico  y  “Las Aventuras de  Róbinson  Crusoe  fue una de las primeras novela que circuló con notable éxito en  el  universo  cultural de esa  época  y  allí  Daniel  Defoe  (1.589 – 1.731)  cuenta la historia de un náufrago  que pasó 28 años en una isla  imaginaria  situada en  nuestro Mar Caribe, cerca del Orinoco  y  la  Tierra  Firme,  en  La Capitanía General de Venezuela”.

   “ Las Aventuras  de  Róbinson  Crusoe “  significó una verdadera aportación original al desarrollo del género novelístico. Obra en que se observa el mérito de la fina observación realista como condición indispensable de la narración.  Su extraordinario éxito se debió a que fue escrita tanto para los jóvenes como para los adultos mayores.

     Recordando mis vivencias juveniles, allá  en  la  Yaritagua  de  mis gratos  y  malos  recuerdos, veo como la lectura de esa famosa obra literaria, contribuyó en  los miembros de  mi  generación  a  elevarnos el  espíritu  aventurero  que  siempre nos absorbió.  Allí obtuvimos datos prácticos de subsistencia que aplicaríamos luego en nuestras temerarias  excursiones por los distintos paisajes fluviales  y  de  bosques que circundaban a mi patria chica.

     Finalmente: “Las Aventuras de  Róbinson Crusoe es  una  novela caracterizada por la facilidad de su invención, la  claridad del  estilo  y  una  sencillez  inimitable ,

     Don Arturo Uslar Pietri nos dio  a  conocer , en  su  famosa historia novelada, que don  Simón  Rodriguez  llegó  a  descubrir la  Isla  de Róbinson   Crusoe  y  se metió  en  ella  para  insecula saeculorum, es decir, para no salir más nunca.  Allí radica su aislamiento  donde únicamente  podían llegar los náufragos.  Entonces  es  cuando  medita  y  se  da  cuenta que había que volver  a  aprender  como aprendió  Róbinson  a  vivir  solo  y  a  valerse de sus propios medios.  Hacerlo  todo  para no depender  de  nadie,  tal  como  lo  haría  un  náufrago. Lo  poco que podía salvarse de  su  vieja  vida,  de  las   engañosas  formas  de  los saberes  inútiles,  para  llegar  al  hombre  puro  que  estaba  enterrado  dentro de  él.

     Así nació  Samuel   Róbinson.-  Continuaremos.

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sábado, 2 de noviembre de 2013

Chávez, don Simón y el cura de Amotape

Chávez,, Don Simón y el cura de Amotape.-


                                                                       Emmanuel P. González Espinal.

     Hace como tres domingos  pasaron  un video por Venezolana de Televisión  cuando nuestro “Comandante Supremo”  dirigía y actuaba en vivo en  su  programa  “Aló Presidente”. En ese entonces con palabras más o palabras menos dijo, que cuando se supo que el ateo Simón Rodríguez  había hecho su entrada en la población peruana de Amotape, el cura del pueblo de manera  furibunda fue  a su encuentro. Luego comentó  que el clérigo a todo pulmón  le gritó: ¡ Renegado, vete de inmediato porque no eres bienvenido  en esta región !  y que luego el párroco se puso a quemar incienso y  a echar agua bendita por los distintos lugares del pueblo recorridos por Don Simón. Con todo el respeto que merece mi inolvidable “Comandante Eterno”, la realidad histórica es otra.

     Por cierto que  un día de mi cumpleaños (30 de julio) una de mis hijas me regaló un interesante libro: “El maestro de Bolívar” cuyo autor es el laureado escritor argentino Pedro Orgambide—narrador, dramaturgo  y  ensayista-- .El escritor sureño ha ganado diversos premios, entre otros,  mereció el Premio de Novela de México, hasta sus “ novelas de la memoria” y las Historia con tangos y corridos con la que obtuvo en Cuba el Premio Casa de las Américas.                               Además,  me permito decirles,  que  el libro obsequiado por mi hija, me llegó con una bella dedicatoria que a continuación copio:

    Para mi papá, mi gran maestro, el que me enseñó el amor por las artes y de la literatura; el que me señaló que lo grande no era el dinero sino la humildad.

     Para mi padre, el que ahora puede ver reflejado en sus nietos  su sueño de una sociedad menos injusta, más humana. Para ti, el gran utopista de mi vida.

                                                            Yenisey González.

                                                                       Maracaibo, 30 de julio de 2006


     Al continuar con el laureado escritor rioplatense Pedro Orgambide, pudimos apreciar  que el letrado es un estudioso profundo de la vida y obras de nuestro robinsoniano personaje. Orgambide publicó en fecha relativamente cercana una historia-novelada sobre Simón Rodríguez  y para cumplir con ese serio compromiso se armó de una copiosa documentación, viajando incluso por los distintos países del planeta que el trotamundos venezolano recorriera. Para darle más énfasis a mi posición sobre la objetividad de la historia; me permito transcribir la parte final de la historia-novelada “El maestro de Bolívar” .

     “El cura de Amotape lo ve deambular por el pueblo y se sorprende cuando oye al viejo recitar en latín un poema de Virgilio. Por un momento cree estar soñando, ya que ese viejo que parece un mendigo no responde a la imagen de una persona ilustrada que recita versos en latín.

     --- Perdón  señor --- le dice el cura--- Pero quisiera saber de dónde viene usted.

     ---Del infierno del mundo, padre. Pero ya estoy en paz.

     Desde ese día el agnóstico tiene casa y comida en la sacristía de la iglesia de Amotape. No oficia de sacristán, pero se ocupa de los pequeños trabajos propios de ese empleo y de cuidar la finca y el rosal del jardín.  Cualquiera  diría  que el  anciano ha entrado en razón y que se ha reconciliado con  la  fe,: con la fe del sacerdote amante de su madre, con  la  fe  de  su hermano Cayetano Carreño, a quien siempre llamó “chupa cirios”.  Pero no es así: Simón Rodríguez continúa  leyendo  a  sus  agnósticos  y  sigue  con   la  rara  costumbre  de  pasearse  desnudo. El buen cura de Amotape le tiene paciencia  y  soporta  estoicamente  las  extravagancias  del  anciano.

     Así llega ese día, ese atardecer en Amotape, que será el último para Simón Rodríguez. Es el 28 de de febrero de1854. Hace rato que el viejo y el cura caminan por la huerta y después por el jardín, hablando de las cosas de este mundo. Esa tarde, el cura hace un último intento por convencer al agnóstico.

     ---La  Santa  iglesia  puede  recibirte  aún…

      ---¿ Para  qué  querría  a un  hombre  como  yo?

      ---Todo  hombre  es  una  criatura  sagrada  para  Dios.

      --- Fueron  muchos  mis  pecados, fueron  muchas  mis  culpas

       --- reflexiona  en  voz  alta  Simón  Rodríguez.

       ---El  perdón  es  divino.

       ---¡ Quisiera  creer,  padre,  se  lo  juro! ;pero  soy  un  devoto  (tal vez muy ingenuo, tal vez muy ignorante) de  la  Razón  universal.

     ---El  es  la  Razón--- razonó  desde  la  fe  el  cura  de  Amotape.

     Fue entonces, en  el momento más luminoso  del  crepúsculo, cuando  la  cara  del  anciano  se  iluminó.

     ---¡ El  está  allí, padre!  El  me  vino  a  buscar…

     ---¿Quién ? --- preguntó  el  cura  sorprendido  al  ver  que  los  dos estaban  solos.

     ---Bolívar.  Yo  sabía  que  él  iba  a  venir. Lo  estaba  esperando.

     ---No  hay  nadie  aquí,  Simón.

    --- ¡El  está  aquí!

     Le  costaba  respirar. Le  dolía  el  pecho  como  si  le  hundieran  un cuchillo

     ---El  fue  el  hijo  que  no  tuve ---explicó  el  viejo--- Y   fue  mi padre  también.

     Cayó  de  rodillas. El  cura  lo  sostuvo  en  sus  brazos  e  imploró frente  al  incrédulo.

     ---Tienes  tiempo  todavía… El  Señor  puede  escucharte  aún.

     ---Mi  tiempo  ha  terminado  padre. Me  voy  con  mi  discípulo,  que  ahora  es  mi  maestro.

     Creyó  que  estaba  otra  vez  con  Bolívar  en  el  Monte  Sacro.

     ---¡ No  olvidé  tu  juramento  Simón,  hijo  mío !  dijo  el  viejo  antes  de  caer  a  tierra,  junto  a  una  rosa  del  atardecer.

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