domingo, 6 de marzo de 2011

Simón, el Trotamundos

                         

Introito.- Revisando mi agenda histórica – Febrero en nuestra historia - , noto que el día 28 de febrero del año 1.761, nació en la Guaira José María España, quien   en 1.797 organizó una conjura junto con Manuel Gual y otros contra el gobierno español.  La Guaira fue fundada por el Gobernador Diego de Osorio en el año de 1.589.  Por cierto cabe señalar que el  nombre primigenio de La Guaira prácticamente desapareció del mapa y borrado de la memoria de su pueblo.Sea Ud.  el juez.

     También un 28 de febrero de 1.854, murió el ilustre pedagogo don Simón Rodríguez. Hecho histórico que me invita llevar a mis lectores un modesto y sucinto trabajo de su longeva vida.-
Veamos:
El expósito.-
     Don Simón Rodríguez, según la mayoría de nuestros historiadores nació en Caracas el 28 de octubre de 1.771, en condición de niño expósito.
     Niño expósito se le dice a aquellas criaturas que recién nacidas los abandonan sus progenitores u otro familiar, por lo general, en las horas ocultas de la noche, en la puerta de un hospicio, en un convento o en cualquier paraje público.

     Sucedió entonces que a la casa de habitación del cura Carreño, ubicada en el centro de Caracas, a cuatro cuadras de la Plaza Mayor (Hoy Plaza Bolívar), llegaron algunos desconocidos durante la medianoche, tocando con fuerza, antes de huir con la complicidad de la oscuridad, el sólido portón cerrado.  El levita y su grupo familiar salieron de adentro al escuchar el llanto de un nené abandonado. Después de abrir la puerta, el párroco recoge del suelo un hermoso “Moisés”  y dentro de él un lloroso niño cubierto con sedosos pañales y posiblemente unas cuantas morocotas de oro para los gastos iniciales de su manutención. Así mismo, en la lujosa cesta de mimbre, venía adherido un fino papel con  una nota caligráfica que decía lo siguiente: “ Se llama Simón Narciso de Jesús, nació el 28 de octubre y no ha sido bautizado”. Era para este momento la medianoche, entre el 28 y el 29 de octubre, que según el santoral corresponde a la festividad de San Simón y la de San Narciso. Por cierto, cuatro años después en la misma casa y en las mismas condiciones, apareció otro niño expósito quien llevaría el nombre de Cayetano Carreño, su hermano de crianza; mas no consanguíneo. Don Cayetano Carreño llegó a ser un respetable ciudadano y relevante músico.

     El padre Carreño quien tuvo la bondad de recoger a Simón Narciso el hijo de nadie y de la oscuridad, lo llevó  luego al Registro Eclesiástico (no existía el Registro Civil) y a través de la “ Fe de Bautismo “ se hizo constar los datos sobre la fecha de nacimiento del niño Simón Narciso de Jesús. Le puso como primer apellido el suyo propio, es decir Carreño,  y el segundo apellido lo escogió al azar, el de Rodríguez, como le ha podido ponerle el de Espinal, Duque o Torres, ya que nada tenía que ver el tipo de sangre que corría por sus venas con aquellos apelativos.
Juan Jacobo Rousseau
                                  
     Cuando ya adolescente, Simón Narciso de Jesús, recorría las calles capitalinas, se preguntaba: ¿ Cuáles de estos muchachos que aquí caminan serán mis verdaderos hermanos. Y cuál de estas linajudas damas del mantuanaje será mi auténtica madre  ?
     No obstante el costo social que representaba ser un don nadie, sin bienes de fortuna alguna y de ser un simple maestro de escuela, desprecio éste que aún, tenemos que  soportar los que escogimos la noble misión de la enseñanza.

     Nuestro protagonista, el mozo del Guarayra Repano, supo sortear todos esos abatimientos, ganándose sorprendentemente un gran respeto  y estimación en esa aristocrática sociedad de 1.789 e incluso ser reconocido como un insigne maestro.
¿ De dónde obtuvo su formación cultural ?                                                                                                  No hay duda que su primer maestro fue su padre de crianza, el cura Carreño y entre otros se menciona también al Prof. Guillermo Pelgrón, quien le enseñó gramática española y latín. Aunque yendo a la realidad, don Simón Rodríguez más bien fue un autodidacta.
     Es posible que nuestro personaje  desde muy joven comenzara a leer y traducir “El Emilio y “El Contrato Social” de Juan Jacobo Rousseau. Así mismo se nutrió de las ideas exóticas  y revolucionarias, para la época, de la democracia burguesa contenidas en la “Enciclopedia”.

     Los enciclopedistas fueron los precursores ideológicos de la revolución burguesa francesa. Todo este material ideológico se condensó en una sola obra, la  “Enciclopedia “. En ella  participaron filósofos, hombres de ciencia y escritores. Fue dirigida por el materialista Diderot y sus colaboradores más cercanos como D’Alembert, , Voltaire, Rousseau y otros. Todos estos libros  llegaron en los barcos de la Compañía Guipuzcoana de contrabando a la Capitanía General de Venezuela.

     Los enciclopedistas profesaban opiniones políticas y filosóficas diferentes entre si. Algunos eran partidarios del “despotismo ilustrado”, otros republicanos  y adeptos de la democracia burguesa;  pero todos reprobaban el régimen feudal y los privilegios de las clases dominantes. La Enciclopedia se convirtió en un arma de combate contra los fundamentos del régimen feudal y sirvió de guía a los luchadores de nuestra Independencia.

     A más de esto,  don Simón Rodríguez debió de participar con sus correligionarios en las tertulias secretas que se realizaban en Caracas. Es oportuno señalar que durante esta época muchos jóvenes mantuanos viajaban a Francia donde se enteraban de las inquietudes políticas-sociales que amenazaban al viejo orden establecido. Algunos de ellos mantuvieron relaciones, en fecha posterior, con Francisco de Miranda, quien desde los cuadros de la “Logia Lautaro” mantenían una propaganda sistemática en pro de la emancipación americana; material ideológico que a escondida trajeron a su patria, poniéndolo luego en circulación para su estudio y discusión.
De todos esos libros que pasaron por las manos del maestro Rodríguez, de seguro que el Emilio de Rousseau fue el que verdaderamente lo hechizó.  

     Don Simón Rodríguez comenzó desde muy joven a trabajar en la docencia, en la única Escuela de Primeras Letras de la municipalidad de Caracas. En dicha institución y luego con Bolívar, lleva a la práctica las contradictorias ideas pedagógicas de Rousseau.

     En 1.794 el joven maestro presenta un proyecto educativo al Cabildo de la ciudad. Es un plan de organización del sistema escolar que contiene el primer y ya maduro esbozo de sus ideas pedagógicas. Es una educación totalmente nueva ante el arcaico sistema educativo colonial y que tiene por mira preparar al niño a incorporarse útil y adecuadamente a la vida social. Propone  y esto fue lo que rebozó la represa, extenderla a todos los estratos sociales; a los pardos, negros e indios. Quiere formar artesanos y hombres útiles para que vivan en una nueva sociedad en forma digna.

     Por el consiguiente, el Cabildo caraqueño rechazó de plano tan osado proyecto. El maestro Rodríguez de inmediato renuncia a su cargo y se incorpora a la educación privada.

Don Simón Rodríguez y el valor social de la educación.-


     Señala don Simón Rodríguez que toda educación debía ser popular y por tal veía en ella un adecuado crisol para formar un pueblo en una verdadera sociedad.- “Una sociedad de ignorantes y analfabetos, decía, está formada por autómatas y no por masas animadas “ Don Simón destacaba el valor social de la educación al señalar¨” Sin instrucción, el  hombre es casi una bestia y no un ente social. Los hombres han de recibir cuatro especies de instrucción en su primera y segunda edad: Instrucción social para hacer una nación prudente. A la par que los griegos exigía una instrucción corporal para hacerla fuerte: Mente sana en cuerpo sano. Instrucción técnica  para hacerla experta. Instrucción científica para hacerla pensadora”. Y así  a través de estos conocimientos, el hombre se diferenciaría de los demás seres vivientes al demostrar que es un “animal racional”, no sólo por la superioridad  de sus instintos.
     La exigencia de estos cuatro tipos de conocimientos en el Sistema Educativo, da fe de lo completo que alcanzó su ideario pedagógico.

     Sostenía además el maestro Rodríguez, que la enseñanza debía ser lo más objetiva posible. Dio a entender lo difícil que es ser un buen maestro, un pedagogo, y el peligro de dejar a los niños en manos inexpertas. Los maestros de escuelas deben reunir ciertas facultades para poder ejercer en forma eficiente esta profesión. Los maestros deben despertar en sus discípulos interés por el estudio; porque lo que no se hace  sentir no se entiende y lo que no se entiende no interesa. Don Simón pidió a los maestros ser sociables ; tener una moralidad insospechable; tener conocimientos prácticos;  tener buena presencia, buen tono de voz y modales decentes. Así mismo decía que el maestro debe ser prudente y comunicativo sin caer en la charlatanería.

     Como es de notar, esas condiciones que dejó expresadas el maestro de Bolívar, aún permanecen vigentes y su talla de pedagogo adquiere cada día de nuestra era,  dimensiones inconmensurables, ya que su condición de docente mantenía una posición teórica y una actitud práctica  .- Así como pensaba, actuaba.-

     Si bien su labor civilizadora, sus ideales pedagógicos y de transformación revolucionaria no pudo cristalizarse, por ser un hombre incomprendido, ya que se  adelantó a su época. También al tildarlo malévolamente y con frecuencia de loco y cínico, con el único fin de crear  injustamente una  figura deformada y caricatural del más original pensador revolucionario que ha dado nuestro continente. Y quien con Miranda, con Bolívar y con Bello, completa el cuadrilátero de los caraqueños inmortales que más allá de nuestras fronteras naturales, grabaron hondamente el nombre de Venezuela en la conciencia de América.

     Por todo lo antes expuesto y como ejercitado educador, hago un llamado a las nuevas generaciones para que se interesen por conocer con profundidad la labor social y pedagógica de don Simón Rodríguez. Que lo conozcan tal como fue: filósofo y polemista agudo, pedagogo esclarecido, maestro infatigable, ingenio sutil, varón sin dobleces. Y que se empapen en forma analítica del contenido de sus dos obras fundamentales: “El Libertador del Mediodía de América” – que escribió en defensa de Bolívar – y la Introducción de  “Sociedades Americanas”. Los únicos escritos completos que hasta el momento se han podido rescatar. Además de rechazar las anécdotas y bufonadas, en su mayoría inventadas, que los miserables de siempre han puesto a circular, para empañar su gloria.

 El Maestro de Bolívar.-


    Nos enfocaba el escritor y pedagogo Miguel Angel Mudarra en sus  “Semblanzas de Caraqueños Notables", a Simón Rodríguez como el Maestro de Bolívar. Veamos:
     Su primera gran cosecha como educador la obtuvo cuando le fue entregado el niño Simón Bolívar para que le impartiera enseñanza, indudablemente debido a su rectitud, probidad y a las bondades de su didáctica.
     Fue evidente la influencia del maestro en su discípulo, quien comprensivo y atento le obedece con agrado y fecundidad. Don Simón lo introduce con gracia y amenidad en el sugerente mundo de la cultura; en forma sistemática, a través de la lectura.
     El maestro Rodríguez bajo la influencia de Juan Jacobo Rousseau, pasea al niño Bolívar por los ricos y subjetivos ambientes que nos brinda la naturaleza; entonces los escenarios bucólicos y  fragante del arbolado Valle de Aragua y de la campiña caraqueña sirven para la demostración de un amor y un interés por ese atrayente paisaje y su mejor aprovechamiento. La actividad en el campo que se extendió hasta el Lago de Valencia, fue sustancial en esta pedagogía transcendente: excursiones, cabalgatas, carreras por los bosques, lecturas y comentarios al aire libre, caminatas y otras actividades análogas tuvieron frecuencia y fueron importantes en el desarrollo general del joven Bolívar.
     Don Simón no sólo atendía la instrucción de Bolívar sino que procuró desarrollar su personalidad integral con serias y sugerentes orientaciones. Todo ello desembocó en la firmeza de su disciplina, en la sistematización de su inteligencia, voluntad y conducta, en la doma de sus naturales pasiones de adolescente inquieto y en la aventura de la libertad. Fue pues su más influyente maestro como el propio Libertador lo reconoció años más tarde en su carta de Pativilca. Observemos:    “ Yo he seguido el sendero que usted me señaló…   Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso…      Y en una carta a su admirada Fanny Du Villar, expresa:  “ Con que encanto persuasivo habla este hombre, aunque diga los sofismas más absurdos, uno cree que siempre tiene  razón…  El era mi Maestro Universal “.

Samuel  Robinson 
Daniel Defoe novelista ingles, autor de la novela "Las Aventuras de Robinson Crusoe"

De Simón Rodríguez a Samuel Robinson.-

     Muchos son los biógrafos del maestro Rodríguez que en sus trabajos han señalado que el  cambio de su nombre Simón Rodríguez a Samuel Robinson, se debió a un enfrentamiento con su hermano de crianza Cayetano Carreño; pero la realidad es otra. Es posible que esas discrepancias  de opiniones que sostuvieron y más aún, subidas de tono, ya que no se soportaban el uno al otro, pudo más bien influir en la decisión de quitarse para in sécula el apellido Carreño y mantener sólo el de Rodríguez y que don Cayetano poco usaba. Con respecto al nuevo cambio de nombres , es decir, de Simón Rodríguez  a Samuel Robinson, se va a producir en Jamaica cuando nuestro protagonista abandona su patria para siempre y se convierte en un auténtico trotamundos.

¿ Por qué don Simón Rodríguez abandona incluso a su familia y se marcha de Venezuela ?
     Para responder a esta interrogante, veamos primero los siguientes antecedentes históricos:
     El 10 de mayo de 1.795 se produjo en Coro una revuelta armada de negros y mulatos encabezado por José Leonardo Chirinos, acogiéndose a ideas confusas de libertad y de modificación política como la de implantar la “Ley de los franceses: Libertad – Igualdad  y  Fraternidad”.-
José María España

Manuel Gual

Bandera de Gual y España, la cual nunca llego a utilizar



     Cuya realidad era la liberación de los esclavos, la destrucción de sus opresores y a su vez al gobierno monárquico. La insurrección fracasó y los principales participantes fueron condenados a la pena máxima: Decapitados, descuartizados y la horca.
     Dos años después, en 1.797, se fragua una nueva conspiración; pero con un sentido más amplio: mejor organizada, suficientemente meditada, a más de esto sustentadas por grandes ideales filosóficos y sobretodo revolucionarios. Toda esta red conspirativa se conoce en nuestra historia con el nombre de sus principales promotores: Gual y España.

     El ideal fundamental de este movimiento, era sustituir a las autoridades de turno, desconocer a la corona española y finalmente fundar una República.
     A esta conjura se sumaron además de los pardos que eran la mayoría, empleados del gobierno, blancos criollos o mantuanos y blancos peninsulares, canarios e incluso militares activos. Es decir,, los comprometidos eran hombres y mujeres de todas las clases sociales de la colonia.
     El levantamiento armado no se llevó a cabo; porque uno de los copartícipes, un canario, según dicen, en el momento en que lo estaban afeitando se le fue la lengua y el barbero felón  lo delató ante las autoridades. Al ser descubierta la conspiración de inmediato los comprometidos visibles fueron detenidos y sometidos a juicio, aplicándoles todo el peso de la ley. La pena Capital.
     Aunque no hay pruebas, no obstante es casi seguro que don Simón Rodríguez era uno de los comprometidos o por lo menos tenía conocimiento de lo que se estaba gestando y antes que lo detuvieran  logró en forma apresurada salir del país tomando rumbo a  la isla británica de Jamaica. En esta porción caribeña  toma el propósito de trocar a una nueva vida y es cuando opta cambiar su verdadero nombre por el de Samuel Robinson el cual va a usar durante 25 años hasta regresar de nuevo a América, a Cartagena-Colombia en 1.823, después de su largo peregrinaje por el nuevo y el viejo mundo, vuelve  de nuevo a ser don Simón Rodríguez hasta su hora final.

Don Simón. ¿   Por qué  Robinson  ?
     El cambio de nombre de don Simón Rodríguez a Samuel Robinson no lo describe a lujo de detalles el finado e ilustre hombre de letras, don Arturo Uslar Pietri en su famosa biografía- novelada: “  La Isla de Robinson “.

     Arriba entonces el telón y exploremos este laberinto.
     Expresábamos al inicio de este sencillo trabajo que el Emilio de Rousseau y su hechizo ha debido ser el libro de cabecera de don Simón; pero asimismo el libro del inglés Daniel Defoe “Robinson Crusoe” lo debe haber apasionado en sus ratos de ocio. De forma tal, que logró transmitirle esa vida aventurera que siempre lo acompañó y a su vez le brindó el nombre de Robinson que llevó a cuesta un cuarto de siglo.
     Don Simón Rodríguez creció en forma simultánea con la popularización del género novelístico y “ Las Aventuras de Robinson Crusoe “ fue una de las primeras novelas que circuló con notable éxito en el universo cultural de esa época y allí Daniel Defoe ( 1.569 – 1731 ) cuenta la historia de un náufrago que pasó 28 años en una isla imaginaria situada en nuestro mar Caribe, cerca del Orinoco y la Tierra Firme en la Capitanía General de Venezuela.  “Las Aventuras de Robinson Crusoe” significó  una verdadera aportación original al desarrollo del género novelístico.  Obra en que se observa el mérito de la fina observación realista como    condición indispensable de la narración. Su extraordinario éxito se debió a que fue escrita tanto para jóvenes como para los adultos mayores. En mis hechos vivenciales , percibo, cómo su lectura contribuyó en los miembros de mi generación a elevarnos el  espíritu aventurero que siempre nos absorbió. Allí obtuvimos datos prácticos de subsistencia que aplicábamos luego en nuestras temerarias excursiones por los distintos paisajes que nos circundaban en la Yaritagua de mis dulces y amargos recuerdos.
     Por último: “Las Aventuras de Robinson Crusoe”, es una novela caracterizada por la facilidad de su invención, la claridad del estilo y una sencillez inimitable.
     Don Arturo Uslar Pietri nos dio a entender , en su conocida novela, ya mencionada, que don Simón Rodríguez llegó a descubrir la Isla de Robinson Crusoe y se metió en ella para no salir más nunca. Allí radica su soledad donde únicamente podían llegar los náufragos. Entonces es cuando medita y se da cuenta que había que volver a aprender como aprendió Robinson Crusoe a vivir solo y a valerse de sus propios medios. Hacerlo todo para no depender de nadie, tal como lo haría un náufrago. Lo poco que podía salvarse de su vieja vida, de las engañosas formas de los saberes inútiles, para llegar al hombre puro que estaba enterrado dentro de él.
     Así nació Samuel Robinson.  

                        
   El Viajero Incansable
Don Simón el inquieto viajero


     Don Simón Rodríguez fue un viajero incansable. Su peregrinaje por los dos mundos comenzó cuando apresuradamente abandona a su patria en el año de 1797. Su primer destino fue Jamaica. De allí en adelante y por 25 años llevará el nombre de Samuel Robinson. Luego pasa a Baltimore ( USA.-1798 ), donde fue artesano gráfico. Acto seguido recorre varios países de Europa: España, Francia y en Italia acompaña al joven Bolívar a Roma donde éste en el Monte Sacro, pronunció su célebre juramento. A continuación viaja a Prusia, Polonia y Rusia. Después a Inglaterra donde se contacta con don Andrés Bello.

     Al cumplir su largo peregrinaje, don Simón regresa a nuestro continente ya de 52 años en 1.823, arribando a Cartagena de Indias, actual Colombia. De allí toma el camino de los andes llegando a Bogotá donde reside un breve tiempo. Luego el Presidente del Perú y de La Gran Colombia Simón Bolívar, lo manda a buscar. Se residencia en Perú y en Ecuador. De aquí pasó a Bolivia durante la Presidencia del Mariscal Sucre. Más tarde viaja a Chile donde de nuevo comparte con don Andrés Bello. Regresa otra vez al Perú en momentos muy difíciles para él, ya que el Libertador era desconocido y repudiado por la clase oligárquica de los países que con su espada había liberado. Ya viejo, de 80 años; pero no vencido, continúa con su imbatible carrera de maestro de escuela enseñando de pueblo en pueblo, como un Rousseau tropical sus doctrinas pedagógicas a los niños y jóvenes. Para poder subsistir, instala una fábrica de velas; porque según expresaba: falta mucha luz en este mundo.

     Muerto Bolívar publica con su propio peculio, un libro en defensa del Libertador y motivó con esto que el gobierno peruano decidiera expulsarlo del país de inmediato.
Sociedades Americanas Libro de Simón Rodriguez

 Se fue a Quito donde el gobierno lo contrató para que enseñara su nuevo sistema educativo; pero con toda crueldad hacia un venerable educador, nunca le pagaron su dedicado trabajo. En fecha posterior un incendio accidental convirtió en llamas los manuscritos de un nuevo libro que ya iba a publicar, y sobre esto dijo: “Este incendio redujo a pavesas el baúl que encerraba el dichoso porvenir del Nuevo Mundo”. Esto señaló el fin de sus actividades como docente. En seguida recogió sus pertenencias y partió para Paita, Perú, donde vivía Manuela Sáenz.

     Don Simón en el ocaso de su vida se las arregló para estar cerca de Manuela.
     Se encontraba la doña acostada en su hamaca cuando una cascada voz interrumpe su siesta:  ¿Se encuentra aquí  “ La Libertadora del Libertador  ?  ¡ Adelante ¡  ¿ Quién desea hablar con “La Libertadora  ? Don  Simón pasó y Manuela con sus ojos llorosos y postrada, reconoció a su viejo amigo.- Bien puede uno imaginarse lo que pudieron  comunicarse estos dos seres que estuvieron tan ligados al corazón de Bolívar.-
     Don Simón decidió establecerse en una aldea de la costa peruana,, Amotape, muy próxima a Paita. Aquí se ganaba la vida escribiendo cartas y cuando podía, visitaba a Manuela, La Libertadora y hoy Generala – Post Mortem – de nuestro glorioso Ejército Bolivariano.
     El punto final de este sencillo trabajo se lo dejo al eminente narrador, dramaturgo y ensayista argentino Pedro Orgambide . galardonado con el Premio de Novela de México y además obtuvo en Cuba el Premio Casa de las Américas, quien nos entrega una emotiva descripción del último atardecer  de don Simón Rodríguez, Sintamos..
     “ El cura de Amotape lo ve deambular por el pueblo y se sorprende cuando oye al viejo recitar en latín un poema de Virgilio. Por un momento cree estar soñando, ya que ese viejo que parece un mendigo no responde a la imagen de una persona ilustrada que recita versos en latín.
     ---Perdón, señor – le dice el cura—Pero quisiera saber de donde viene usted.
  ---- Del infierno del mundo, padre. Pero ya estoy en paz.
     Así llega ese día, es el atardecer en Amotape, que será el último para Simón Rodríguez. Es el 28 de febrero de 1.854. Esa tarde el cura hace un último intento para convencer al agnóstico.
     --- La Santa Iglesia puede recibirte aún…
     --- Para que querría a un hombre como yo ?
     --- Todo hombre es una criatura sagrada para Dios.
     …Fueron muchos mis pecados, fueron muchas mis culpas --- reflexiona en voz alta Simón Rodríguez.
     --- El perdón es divino.
¡Quisiera creer, padre, se lo juro ¡ . Pero soy un devoto ( tal vez muy ingenuo, tal vez muy ignorante ) de la razón universal.
         El es la Razón --- razonó desde la fe el cura de Amotape.
     --- Fue entonces, en el momento más luminoso del crepúsculo, cuando la cara del anciano se iluminó.
--- ¡ El está allí, padre ¡ . El me vino a buscar…
--- ¿ Quién ? ---preguntó el cura, sorprendido al ver que los dos estaban solos.
     --- Bolívar . Yo sabía que él iba a venir. Lo estaba esperando
     ---. No hay nadie aquí, Simón.
-          ¡ - El está aquí ¡
-               Le costaba respirar. Le dolía el pecho como si le hundieran un cuchillo.
-             --       El fue el hijo que no tuve ---explicó el viejo --- Y fue mi padre también
-               ---Cayó de rodillas.. El cura lo sostuvo en sus brazos e imploró frente al merédulo.
-               --- Tienes tiempo todavía…….. El Señor puede escucharte aún.
-               --- Mi tiempo ha terminado, padre. Me voy con mi discípulo, que ahora es mi maestro.
-               --- Creyó que estaba otra vez con Bolívar en el Monte Sacro.
-               --- No olvidé tu juramento- Simón, hijo mío ¡ ------ dijo el viejo antes de caer a tierra junto a una rosa del atardecer.
     Finalmente, en ese atardecer, el trotamundos llega al final del camino.
Comentario final:
     Un 30 de julio, día de mi cumpleaños, mi hija “Barquimara”, la singular licenciada y Profesora de letras,  me obsequió el magnífico e inolvidable libro del  reconocido intelectual argentino, Pedro Orgambide, titulado: “El Maestro de Bolívar”, con la dedicatoria siguiente: “ Para mi papá, mi gran maestro, el que me enseñó el amor por las artes y la literatura;  el que me señaló que lo grande no es el dinero sino la humildad.
     Para mi padre, el que ahora puede ver reflejado en sus nietos su sueño de una sociedad menos injusta, más humana.
     Para ti, el gran utopista de mi vida.
                                    Yenisey González George.

                                           Emmanuel P. González Espinal
                                          emplugones@hotmail.com

                               

3 comentarios:

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  2. Le recomendé este blog a un amigo profesor de historia. Estoy segura de que sabrá aprovechar todo este material.

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  3. Le recomiendo que elimine el cuadro identificado como Manuel Gual que en realidad retrata a Pedro Gual, ilustrísimo prócer civil de la independencia y expresidente de la República.

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