domingo, 3 de abril de 2011

Bolívar Don juanesco




Introito.-  Nos señalaba el gran historiador larense ( nació en Barquisimeto y bautizado en “La Ciudad Madre” de El Tocuyo ) en su famosa obra: Historia Constitucional de Venezuela, que el Libertador consiguió su actividad devoradora en tres divinidades: la guerra, la política y el amor; las cuales minaron su organismo ocasionándole la vejez prematura. Nada pudo enfrenar su más constante pasión como lo fueron las mujeres; el amor sensual puede decirse que fue el elemento de su vida. De la misma manera nuestro paisano historiador, recoge  algunos de estos episodios y se pregunta, sin sentar conclusiones, si la circunstancia de no haberse vuelto a casar indicaba que Bolívar había conservado un recuerdo inmaculado de su primer idilio o si bien se debió al vértigo de su carrera que no dio ocasión sino para los amores volubles. 

Recuerda su dicho a Perú de Lacroix: “ Quise mucho a mi mujer y su muerte me hizo jurar no volverme a casar: he cumplido mi palabra”; y añade que con todo no vivió nunca solo, sus queridas lo acompañaron siempre, incluso en los campos de batalla…  Y aun cuando desde 1.822 Manuela Sáenz, mujer única en la época por sus extraordinarias condiciones, ocupa lugar absorbente en su vida pasional.


Debemos también señalar que sobre la vida donjuanesca del Libertador , se han ocupado notabilísimos escritores; pero sin base de sustentación científica o fidedigna, la mayoría de ellos.
     Aunque son muy contados, repito, no obstante han existido siempre tanto a nivel nacional como internacional; poderosos y selectos grupos de intelectuales al servicio de la rancia oligarquía que se han dado a la tarea de vilipendiar y destruir la gloria de Bolívar a través de sus manuscritos. En sus obras biográficas dedicadas al genio de América, le inventaron los más variados y reprochables defectos. Rebuscaron los detalles más simples para tejer con ellos un memorial de agravios. Y en lo referente a su cuadro amoroso exageraron la nota con más énfasis.

 Distorsionaron la realidad de este escenario romántico, mostrando como verídico los chismes callejeros, donde imperó la malevolencia y la subjetiva imaginación y al deformar la actitud y esencia de este tránsito pasional llenaron a nuestro héroe de anomalías psíquicas, convirtiéndolo luego en un psicópata sexual.

Bolívar y su primer amor de adolescente.-


                   La sufrida niñez de nuestro héroe

     Bolívar perdió a su padre antes de los tres años (1786) y a su madre antes de los nueve (1792).
     Al morir doña Concepción, mamá de simoncito, la tutela del niño pasó a su abuelo materno, don Feliciano Palacios quien estaba un poco maltratado por su senilidad. Luego a su muerte se nombró como tutor a su tío y padrino, don Esteban Palacios quien en ese instante estaba residenciado en España; entonces por esta razón, su hermano, don Carlos Palacios asumió toda esa responsabilidad.

     Este hecho fue lo peor que le ha podido pasar al chiquillo caraqueño, ya que don Carlos era un solterón amargado, es decir, todo un cascarrabias y de una mentalidad muy estrecha y además se la pasaba más tiempo atendiéndole a su finca que a su educación.
     El niño Bolívar siempre se sintió desprotegido e incomprendido al lado de su iracundo tío Carlos,  incluso llegó a los extremos de fugarse y abandonar el hogar que como huérfano de padre y madre, los tribunales le habían fijado. El párvulo buscó refugio donde María Antonia su hermana mayor.

     Esta situación insoportable en la que vivía simoncito al lado de su furibundo tío Carlos, llegó a oídos de su otro tío y padrino, además su verdadero tutor, don Esteban Palacios y al fin, después de 7 años lo mandó a buscar, autorizando su traslado a España.

                             De las poluciones nocturnas al acto carnal.                        

     Bolívar con apenas 16 años de edad, emprende su primer viaje a Europa ; pero antes el barco hace escala obligatoria en México donde pasó unos cuantos e interesantes días que dan inicio a su anecdótica vida donjuanesca. Allí el ingenuo amor lo picoteó y cuyo desenlace romántico fue recogido por el notable investigador de nuestro héroe, Adolfo Salvi, quien en un interesante ensayo, prologado a su vez por el general José Saúl Guerrero Rosales, nos entregan una breve pero subyugante biografía donde se pone al descubierto, quizás el primer amor que el Bolívar adolescente experimentó.

     Resulta que en la capital azteca conoció nuestro protagonista a doña María Ignacia de Velasco y Osorio de quien al instante quedó seducido.
     Se dice que la señora María Ignacia era una hermosa y atractiva mujer, llena de un temperamento intensamente apasionado y que en su lecho de amor le brindó al imberbe y también fogoso del Guarayra Repano, la llama encendida de su cuerpo.

María Teresa. Su legítima esposa.-
Maria Teresa del Toro y Alaiza


La boda de Simon y Maria Teresa.Madrid, 28 de mayo de 1.802

Maria Teresa fallece en Caracas el 22 de enero de 1.803



     El adolescente caraqueño llega a Madrid a mediados del año 1.799 a fortalecer sus estudios con los mejores pedagogos de ese país y de esta manera poder  elevar sus conocimientos generales y  perfeccionar su ortografía y caligrafía que eran pésimas.
     El joven Simón se encuentra ahora en los predios cervantinos al lado de su tío Esteban, lleno de felicidad, ya que él si lo quiere y lo comprende.

     Ta pronto como se establece en la capital española, busca su parentela y conoce a la madrileña María Teresa Rodriguez del Toro y Alaiza, sobrina del caraqueño  Marquez del Toro, de quien se enamoró locamente.

     Por haberme apasionado de una señorita de las más bellas circunstancias y recomendables prendas, como es mi señora doña Teresa Toro, hija de un paisano  y aún pariente, escribe al tío Pedro para rogarle formalice su petición de mano. “He determinado contraer alianza con dicha señorita para evitar la falta que puedo causar si fallezco sin sucesión”.  Como todos sabemos, la inesperada muerte de su esposa frustró sus más caros deseos.

     Bolívar flechado por el travieso Cupido y con apenas diecisiete años le manifiesta a los padres de la novia, su intención de casarse de inmediato; pero su futuro suegro, le aconseja mejor esperar. El 26 de mayo de 1.802, cuando aún no había cumplido los diecinueve años, decide entonces contraer nupcias. Su prometida frisaba los 20 años.
     Poco días después la feliz pareja decide fijar su residencia en la Caracas de la eterna primavera, llegando a finales de agosto.

     En ambiente de fiesta recibieron a los desposados sus familiares y amigos quienes se desvivían de curiosidad por conocer y tratar y  a la esbelta y encantadora María Teresa.
     Luego el joven enamorado lleno de emoción la llevó a contemplar las bellezas y a disfrutar de los paisajes naturales circundantes que le brindaba la zona intertropical. De inmediato dentro de sus planes y proyectos le manifestó a su idolatrada mujer la de “fincar”, es decir, el dedicarse por entero a sus haciendas de Yare y de San Mateo, , donde posiblemente contrajo la letal enfermedad.

     En aquel tiempo era endémica y hacía estragos en la población venezolana, la fiebre amarilla, cuya acción era mortífera . Las personas que la contraían fallecían a los pocos días, a veces en horas.
     El idilio de la romántica pareja fue muy breve, María Teresa muere el 22 de enero de 1.803, cuando apenas llevaba cinco meses en Venezuela. Para el sensible y enamorado cónyuge, pasar por este trance, ha debido  resultarle un golpe muy duro. “ Yo contemplaba, le escribía a un amigo, a mi mujer como una emanación del Ser Supremo, que le dio la vida; el cielo creyó que le pertenecía y me lo arrebató porque no era creada para la tierra “. En ese estado emocional, su soledad la siente que lo lleva a recordar su infancia huérfana de padres, de tristeza y de dolor.

     Bolívar como caso poco visto, muy particular, y es la de que nunca olvidó a su legítima y única esposa.

     En 1.828 le cuenta  el Libertador a su edecán Perú de Lacroix y que éste último recogió en su interesante e histórico “Diario de Bucaramanga”, lo siguiente: En 1.801 cuando viví con María Teresa, mi cabeza sólo estaba llena con los vapores, del más violento amor”. En sus declaraciones a su ayudante de campo, le demuestra su inmensa pasión que le inspiró su mujer y la desolación que le causó su muerte. Todo esto lo condujo al juramento de no volverse a casar y que cumplió a fidelidad.. De la misma manera le explica la evolución de su espíritu. Veamos:  “ Sin la muerte de mi mujer no hubiera hecho mi segundo viaje a Europa y es de creer que en Caracas o San Mateo no me habría nacido las ideas que me vinieron en mis viajes y en América no hubiera tomado aquella experiencia ni hecho aquel estudio del mundo, de los hombres y de las cosas que tanto me han servido en todo el curso de mi carrera.

     La muerte de mi mujer  me puso temprano sobre el camino de la política. Y añadía que si no hubiera enviudado, su vida habría sido otra y no sería el General Bolívar, ni el Libertador, aún cuando hacía constar que su genio no era para ser Alcalde de San Mateo.
     El Libertador durante el resto de su vida, siempre conservó el recuerdo de su amada esposa. Jamás consiguió otro amor tan sublime y puro como el de María Teresa. Y aún en sus posteriores desvaríos amorosos donde se cuentan decenas de mujeres que compartieron su romántico lecho; se suele admitir, que fue siempre el viudo de María Teresa, sin saberlo él mismo”.

                                     
       Fanny Du Villars
Supuesta amante y confidente de 
Bolívar


     La vida amorosa de Bolívar ha sido recogida por muchos escritores y la mayoría están llenas de cuento y extravagantes fantasías. No hay duda que nuestro protagonista tuvo muchas amantes y entre ellas a Fanny Du Villars quien apareció en su vida donjuanesca durante su estada en París allá en los años de 1.804 a 1-806.  Para esa época Fanny era una atractiva y adinerada mujer, casada con un conde y coronel francés de apellido Trobriand. Al apellido de su marido, Fanny le agregaba el familiar de Aristiguieta, de allí el parentesco con Bolívar.

     Fanny según dicen sus admiradores y en general quienes la conocieron, fue una mujer bellísima, agradable, y además su buen gusto lo dejó entrever en sus románticas epístolas que le escribió a nuestro Libertador.

     Bolívar cuando la visitó como su prima en la capital parisina, ella frisaba los treinta años y el coronel Dervieu Du Villars, su marido, la doblaba en edad. Bolívar apenas llegaba a los veintidós. Allí se presentó el siguiente cuadro: Un hombre hecho, una dama experimentada y un mozuelo valentino tropical, lleno de energía sensual. Todo este escenario de intimidad y las cartas de Fanny destinadas al joven y al ducho Bolívar con sus emotivos recuerdos  y cargadas con el éxtasis del amor, no dejaron dudas de haber sido amante del futuro Libertador. Permítanme mostrarle un extracto de una de las últimas cartas que le escribió Fanny Du Villars al Libertador en el año de 1.826, cuando Bolívar se encontraba en plena Campaña del Sur.

     “ Dedico esta esquela para nosotros dos. Hace hoy 21 años , mi querido primo, que usted dejó París y que me dio usted una sortija que lleva esa misma fecha 6 de abril; pero en vez de 1.826 fue en 1.805 cuando este hecho acaeció. Este anillo siempre me ha acompañado trayéndome  a la memoria el recuerdo gratísimo de una amistad que usted me aseguró sólo extinguiría con su postrer suspiro; entonces ese sentimiento me parecía demasiado débil. ¿ Recuerda Usted mis lágrimas vertidas,mis súplicas para impedirle marcharse ?... Con orgullo recuerdo sus confidencias respecto a sus proyectos para el porvenir, la sublimidad de sus pensamientos y su exaltación por la libertad…   Yo valía algo en aquel tiempo, puesto que usted me encontró digna de guardar su secreto…  He tenido y tengo aún la confianza que usted me amó sinceramente…  Conserve usted mi retrato, él será más feliz que yo, porque al enviarle mi imagen, no tengo la facultad de prestar mi alma a mi fisonomía; si la tuviera  tal vez olvidaría usted mis años”
     Luego con cierta gracia y como para revivir el grado de intimidad que hubo entre los dos, Fanny le manifiesta: “ Usted comprenderá, mi querido simoncito, cuanto gozo yo con tanta gloria que le pertenece…    Le envío a usted con que defenderse: : un puñal y mi retrato por talismán.

     Estas consecuentes e ininterrumpidas epístolas las mantiene Fanny durante muchos años y que según ella, sólo en 1.826 le había escrito a Bolívar más de doscientas cartas.


Carta póstuma de Bolívar a Fanny Du Villars



Introito:

     Según las serias investigaciones del historiador venezolano Jorge Mier Hoffman Bolívar llego a Santa Marta en calidad de prisionero. Así estuvo desde el primero de diciembre  de 1.830 hasta el seis del mismo mes. Luego el Libertador es fusilado esa misma noche.“ Poco antes de ser asesinado, el Libertador exigió a sus verdugos el beneficio de una última voluntad: escribir una carta de despedida a Fanny Du Villars, la amante de sus años mozos en París. Pero bajo la forma de una carta de amor, el documento contiene cifrada la identificación de sus asesinos, de la conspiración en su contra, de cómo había sido traicionado y secuestrado…  Bolívar no murió por causas naturales, ni por envenenamiento, ni por mala praxis…  Bolívar no murió de tuberculosis. Bolívar no murió en la Quinta San Pedro Alejandrino.  Bolívar no murió un 17 de diciembre de 1.830… “
     Regresemos de nuevo al tema que hemos estado desarrollando: “Bolívar donjuanesco”.-

     Entre los manuscritos atribuidos a Bolívar, está una de las más hermosas cartas que alguno haya escrito, cuya destinataria era su lejana prima Fanny Du Villars.
     Dicha misiva es ardorosamente encantadora, llena de ternura y galanura, de un donoso estilo cargado de romanticismo.
     Permítame entonces, hacerle llegar esta carta antológica, como testimonio preclaro del mejor epistolado.




                   Santa Marta, 06 de diciembre de 1.830.


   
Querida Prima.
     ¿ Te extrañará que piense en ti al borde del sepulcro ?
     Ha llegado la última aurora; tengo al frente al  Mar Caribe, azul i plata,  agitado como mi alma, por grandes tempestades.

     A mi espalda se alza el macizo gigantesco de la Sierra con sus viejos picos coronados de nieve impoluta como nuestros ensueños de 1.805; por sobre mi el cielo más bello de la América, la más hermosa sinfonía de colores, el más hermoso derroche de luz…
     Y tu estás conmigo porque todos me abandonan. Tu estás conmigo en los postreros latidos de la vida, en las últimas fulguraciones de la conciencia.

                                               ¡  Adiós  Fanny   !
     Esta carta  llena de signos vacilantes, la escribe la misma mano que estrechó la tuya en las horas del amor, de la esperanza y de la fe; esta es la letra que iluminó el relámpago de los cañones de Boyacá y en Carabobo; esta es la letra escritora del Decreto de Trujillo i del Mensaje al Congreso de Angostura.
                                             ¿  No la reconoces, verdad   ?
     Yo tampoco la reconocería si la muerte no me señalara con con su dedo despiadado la realidad de este supremo instante.

     Si yo hubiera muerto sobre un campo de batalla, dando frente al enemigo, te dejaría mis glorias, la gloria que entreví a tu lado en los lampos de un sol de primavera.
     Muero miserable, proscrito, detestado, por los mismos que gozaron mis favores, víctima de inmenso dolor, presa de infinitas amarguras. Te dejo en recuerdo mis tristezas  i mis lágrimas que no llegaron a verter mis ojos.

     ¿ No es digna de tu grandeza tal ofrenda  ?

    Estuviste con mi alma en el peligro; conmigo presidiste los Consejos de Gobierno; tuyos fueron mis triunfos y mis reveses; tuyos son también mi último pensamiento i mi pena postrimera.

     En las noches galantes en el Magdalena, vi desfilar mil veces la góndola de Byron por los canales de Venecia, en ella iban grandes bellezas i grandes hermosuras; pero no ibas tu;  porque tu has flotado en mi alma montada  por
las níveas castidades.

     A la hora de los grandes desengaños, a la hora de las íntimas congojas, apareces ante mis ojos moribundos con los hechizos de la juventud y de la fortuna; me miras i en tus pupilas arde el fuego de los volcanes; me hablas i en tu voz escucho las dianas inmortales de Junín y Bomboná.

     ¿ Recibiste los mensajes que te envié desde la cima del Chimborazo ?
     Adiós Fanny, todo ha terminado:
     Juventud, ilusiones, sonrisas i alegría se hunden en la nada; sólo quedas tu como visión seráfica,señoreando el infinito, dominando la eternidad.
     Me tocó la misión del relámpago; rasgar un instante la tiniebla; fulgurar apenas sobre el abismo i tomar a perderme en el vacío-

                              
  (   Firma    )
                                Bolívar.-

                                       

                     Flora Tristán.-  Bolívar, Teresa Laisney, Flora y 
Gauguín




     Tres famosas cartas escritas por el Libertador y que nuestro más avezados investigadores de nuestra historia Patria, consideraron que estaban dirigidas a su amorosa Fanny Du Villars, circularon como genuinas por muchos años; hasta que el historiador venezolano Marcos Falcón Briceño publicó en el “ Boletín de la Academia Nacional de la Historia “ en 1.955, su trabajo de investigación titulado:  “ Teresa, la confidente de Bolívar “, donde demuestra que la verdadera destinataria de las románticas misivas era la francesa Teresa Laisney, esposa del Coronel peruano Mariano Tristán y no la también francesa Fanny Du Villars.

     Muchos escritores mantuvieron ese error histórico al afirmar que esas cartas estaban dirigidas a Fanny  y que el nombre de Teresa como destinataria se debía a que Bolívar en sus arrebatos líricos la idealizaba con su desaparecida cónyuge. “Bolívar ve en ella una reencarnación de su difunta esposa “, dice el historiador español Salvador de Madariaga y así mismo Rufino Blanco Fombona en sus  - Mocedades -, Bolívar desbautiza a esta mujer y la llama como a la esposa muerta”. Don Luis Correa en su ensayo titulado: Fanny Du Villars o la Primavera”, incurrió en lo mismo al escribir:  " Bolívar llamaba a Fanny, Teresa, como a su mujer: Teresa, Teresa “.

     Las susodichas cartas de Bolívar fueron insertadas en un trabajo periodístico publicado en el “ Le Voleur de París “ el día 31 de julio de 1.838, con el título de “ Lettre de Bolívar “ ( Cartas de Bolívar , firmada por su autora Madame Flora Tristán. Esta dama articulista , doña Flora Tristán, era hija de un matrimonio más o menos morganático o de la mano izquierda, conformado por Teresa Lasney y el Coronel peruano don Mariano Tristán, miembro de una noble y riquísima familia de Arequipa.Es oportuno señalar que el matrimonio de la mano izquierda, tenía para la época un sentido discriminatorio. Es decir, cuando el pretendiente llevaba al altar a la novia con el brazo izquierdo, significaba que la prometida en matrimonio no alcanzaba la alcurnia, el linaje de su futuro esposo y una vez cumplida la ceremonia nupcial, cada cónyuge conservaría su condición anterior.

     En junio de 1.845 “ “ El Farol Militar “ de Lima reproduce en castellano y mutilado el artículo de Flora ya señalado. Luego en 1872, el periódico “ La Patria “ de Bogotá publicó la versión mutilada del rotativo limeño. De este último lo tomó don Arístides Rojas enredando más este hecho histórico, cuando dio a conocer las mencionadas epístolas y sin fundamento señaló que estaban dirigidas a una persona de la familia Trobriand Aristiguieta, la única familia de París que los historiadores tenían ubicada como amiga y pariente de Bolívar, por eso todo convergió favorablemente hacia Fanny como depositaria de las románticas confidencias del futuro Libertador.

     Del artículo periodístico de Flora Tristán publicado en  “ La Voleur “ de París , es decir, esa primera edición, fue la que tomó el Dr. Marcos Falcón Briceño para r
ealizar su exitosa investigación. El Dr. Falcón Briceño la tradujo al castellano sin mutilación alguna y aclara todo ese misterio donde Fanny Du Villars nada tuvo que ver con todo esto. Se demostró que la historia es mucho más interesante que las fantasías de los historiadores.

     Una vez comprobado que la Teresa a quien Bolívar en ampuloso estilo le escribió sus emotivas y secretas revelaciones “ llenas de penas, amor y lágrimas “ no era Fanny Du Villars sino Teresa Laisney, madre de Flora Tristán, surgió entonces una nueva y sorprendente versión que señala al Libertador Simón Bolívar como el posible padre biológico de Flora, y que para que no falte el novelesco cuadro, el bisabuelo de Gauguin. Flora tuvo un hija de nombre Aline que a su vez fue la madre del genial pintor francés Pablo Gauguin. Como hemos comentados , esta hipótesis, para los amantes de la Historia romántica, no deja de ser interesante.

                                                                                                                                                   

Flora Tristán, la presunta hija de Bolívar.-



Comparación de los  Retratos  de  Bolívar  y  Flora.-
     Una vez comprobado que en la vida delirante de Bolívar existió una dama parisina llamada  Teresa, confidente de sus románticas misivas llenas de penas , amor y l
ágrimas, surgieron de inmediato los comentarios y suposiciones de que Flora Tristán, la hija de Teresa Laisney, pudiera ser hija de Simón Bolívar y no del peruano don Mariano Tristán, tema que ha vuelto a la cima de las discusiones con el relativamente reciente e interesante trabajo, “ Los hijos secretos de Bolívar”, del historiador colombiano Antonio Cacua Prada.

     La exposición anterior está respaldada por el gran parecido físico de Flora con el Libertador, el cual se puede constatar observando en forma minuciosa el conocido y excelente retrato de Flora Tristán logrado por el pintor francés Jule Laure, publicado en “ Le Chavari”, edición del 22 de julio 1.839, París.

     Jule Laure la dibujó con rostro ovalado, bucles abundantes, los ojos enormes y expresivos; la boca fina, apretada; levemente sensual el labio inferior;  voluntariosa la barbilla, la nariz recta.

     Se habla también de la existencia de un  daguerreotipo, que es una vieja técnica fotográfica inventada por el francés Daguerre (1.789—1.851 ),donde Flora  aparece retratada como una mujer de unos 22 a 23 años con sus ojos grandes, su frente y cejas amplias y su mirada  profunda y que tiene  un gran parecido con el retrato de Bolívar pintado por Klepper.
     La historiadora francesa y biógrafa de Bolívar,  GiletteSaurat, nos dice en su obra  “ Bolívar, le Liberteur “, lo siguiente: Pero ahora se comparan los retratos de Flora y el Libertador y la duda renace. La misma frente abombada, la misma nariz fina un poco larga y corva, la misma boca voluntariosa… La nobleza de sus rasgos, animados por el fuego de sus ojos negros…

     ¡ Se trata del Libertador, es claro   !


    Emmanuel P. González Espinal
emplugones@hotmail.com
  






   


              
               

         

2 comentarios:

  1. Por favor, seria tan amable de indicar la fuente de donde tomo el supuesto retrato de doña María Teresa del Toro y Alayza, tengo imagen de su prima también llamada María Teresa Rodríguez del Toro, hermana del ultimo marques don Francisco Jose RODRIGUEZ DEL TORO

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